¿Qué son los trastornos del espectro autista?
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de discapacidades del desarrollo. Los TEA pueden afectar el funcionamiento de las personas a diferentes niveles, de manera muy leve a grave. Por lo general no se puede notar diferencia alguna en el aspecto de una persona con TEA, pero es probable que tenga maneras diferentes de comunicarse, interactuar, comportarse y aprender. Las aptitudes mentales y la capacidad de aprendizaje de las personas con TEA pueden variar, encontrándose desde personas talentosas hasta personas con problemas muy serios.
¿Cuáles son algunos de los signos de los TEA?
Es probable que los que sufren de TEA tengan problemas sociales, emocionales y de comunicación. También es probable que repitan conductas y no quieran cambiar sus actividades diarias. Muchas personas con TEA también tienen diferentes maneras de aprender, prestar atención y reaccionar ante las cosas. Los TEA comienzan en la infancia y perduran durante toda la vida de una persona.
Los niños con TEA puede que:
No jueguen a imitar a los grandes (por ejemplo, dar de “comer” a la muñeca para imitar a la mamá)
No señalen objetos para mostrar interés (señalar un avión que está volando cerca)
No miren objetos que otras personas les estén señalando
Tengan problemas para relacionarse con otros o no estén interesados en ellos del todo.
Eviten el contacto visual y prefieran estar solos
Tengan problemas para comprender los sentimientos de otras personas o para expresar sus propios sentimientos
Prefieran que no los abracen o permitan que lo hagan solo cuando ellos lo desean
Aparenten no percatarse cuando otras personas les hablan, pero responden a otros sonidos.
Estén muy interesados en otras personas, pero no sepan cómo hablarles, jugar o establecer contacto con ellas
Presenten ecolalia, es decir, repiten palabras o frases que se les dicen en vez de responder y usar la forma normal del lenguaje
Tengan problemas para expresar sus necesidades mediante palabras o movimientos
Repitan las mismas acciones una y otra vez (agitar las manos, mover los dedos, mecerse, etc.)
Tengan problemas para adaptarse a cambios en la rutina
Reaccionen de manera extraña a la forma en que las cosas huelen, saben, se ven, se sienten o suenan
Pierdan las destrezas que en algún momento tuvieron (por ejemplo, dejan de decir palabras que estaban usando anteriormente)
¿Qué podemos hacer si creemos que nuestro hijo tiene un TEA?
Comentarlo con su pediatra o con la maestra que le orientará ya que es muy importante empezar la intervención tan pronto sea posible para ayudar al niño a alcanzar su máximo potencial.
Los trastornos del espectro autista (TEA) son un grupo de discapacidades del desarrollo. Los TEA pueden afectar el funcionamiento de las personas a diferentes niveles, de manera muy leve a grave. Por lo general no se puede notar diferencia alguna en el aspecto de una persona con TEA, pero es probable que tenga maneras diferentes de comunicarse, interactuar, comportarse y aprender. Las aptitudes mentales y la capacidad de aprendizaje de las personas con TEA pueden variar, encontrándose desde personas talentosas hasta personas con problemas muy serios.
¿Cuáles son algunos de los signos de los TEA?
Es probable que los que sufren de TEA tengan problemas sociales, emocionales y de comunicación. También es probable que repitan conductas y no quieran cambiar sus actividades diarias. Muchas personas con TEA también tienen diferentes maneras de aprender, prestar atención y reaccionar ante las cosas. Los TEA comienzan en la infancia y perduran durante toda la vida de una persona.
Los niños con TEA puede que:
No jueguen a imitar a los grandes (por ejemplo, dar de “comer” a la muñeca para imitar a la mamá)
No señalen objetos para mostrar interés (señalar un avión que está volando cerca)
No miren objetos que otras personas les estén señalando
Tengan problemas para relacionarse con otros o no estén interesados en ellos del todo.
Eviten el contacto visual y prefieran estar solos
Tengan problemas para comprender los sentimientos de otras personas o para expresar sus propios sentimientos
Prefieran que no los abracen o permitan que lo hagan solo cuando ellos lo desean
Aparenten no percatarse cuando otras personas les hablan, pero responden a otros sonidos.
Estén muy interesados en otras personas, pero no sepan cómo hablarles, jugar o establecer contacto con ellas
Presenten ecolalia, es decir, repiten palabras o frases que se les dicen en vez de responder y usar la forma normal del lenguaje
Tengan problemas para expresar sus necesidades mediante palabras o movimientos
Repitan las mismas acciones una y otra vez (agitar las manos, mover los dedos, mecerse, etc.)
Tengan problemas para adaptarse a cambios en la rutina
Reaccionen de manera extraña a la forma en que las cosas huelen, saben, se ven, se sienten o suenan
Pierdan las destrezas que en algún momento tuvieron (por ejemplo, dejan de decir palabras que estaban usando anteriormente)
¿Qué podemos hacer si creemos que nuestro hijo tiene un TEA?
Comentarlo con su pediatra o con la maestra que le orientará ya que es muy importante empezar la intervención tan pronto sea posible para ayudar al niño a alcanzar su máximo potencial.