Os dejamos unas orientaciones sobre la comunicación afectiva que me parecen muy interesantes para practicar desde que nuestros hijos e hijas son pequeños. Esperemos que os gusten y os sean de utilidad.
Llegamos a la cocina y vemos que el vaso de leche cae al suelo. Una de nuestras primeras reacciones puede ser gritar ¡Cuidado! ¿Pero cuantas veces te tengo que repetir que tengas cuidado de no tirar nada? Por lo general nuestras respuestas suelen ser inmediatas, automáticas y sin dar lugar a explicaciones por parte del niño: Pero mama (papa)… ¡pero nada, me tienes harta!
Lo más triste de todo, es que el vaso sigue roto después de haber perdido la oportunidad de que nuestro hijo aprenda una actitud necesaria para afrontar situaciones similares en próximas ocasiones.
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Fuente: Edukame