Hay bebés muy sensibles a la salida de sus primeros dientes. Hasta que el diente logra romper la encía, nuestros pequeños pueden pasar unos días de un humor espantoso, cualquier contrariedad les hace estar muy rabiosos y llorones.
La salida de los dientes les provoca alteraciones en el ánimo, en la alimentación o incluso en el sueño.El bebé tenderá a babear más de lo que venía haciendo y a llevarse todo a la boca para mordisquearlo. En muchas ocasiones, la salida de los dientes se acompaña de la aparición de cacas ácidas que provocarán que su culete se escueza con más facilidad. También es posible que le coincidan con un cuadro vírico o un aumento de su temperatura corporal.Estaremos atentos a estos síntomas o a su irritabilidad para poder paliar en lo posible sus molestias.
Para el dolor producido por la erupción de los dientes hay algunos remedios: analgésicos que se aplican directamente en la encía o que se les puede administrar oralmente; antiinflamatorios para aliviar la hinchazón de las encías; mordedores para favorecer la erupción de los dientecitos, o cualquier objeto, juguete o alimento que puedan morder sin peligro.
Estaremos también pendientes de las cacas; ahora es cuando más se suelen producir enrojecimientos y escoceduras, por lo que debemos cambiarles de inmediato y proporcionarles algún bálsamo o crema cicatrizante para tales efectos.
Aunque la salida de los dientes de leche suele ocurrir entre los 6 meses y los dos o tres años (dependiendo del niño), este amplio periodo de tiempo no significa que estén en todo momento afectados por ellos; Algunos les costará echarlos más que otros, pero no suelen suponer una molestia constante para los bebés.