Los niños aprenden habilidades y estrategias sociales con los amigos que son imposibles de adquirir en el contexto familiar. Con los adultos se produce el primer tipo de relación social. A través de las complejas relaciones que el niño establece con ellos, adquiere las habilidades sociales, necesarias, por ejemplo, para compararse y diferenciarse de los demás, cooperar, competir, intercambiar, negociar o defenderse. Al salir de la familia, el niño descubre múltiples posibilidades para seleccionar sus compañeros de juego.