Los berrinches forman parte de tu vida cuando tienes un niño pequeño.
Tu mejor defensa es evitar en la medida de lo posible aquellas
situaciones que provoquen una rabieta. Es más fácil decirlo que hacerlo,
pero las siguientes sugerencias pueden ayudarte.
Es más probable que a tu hijo le dé una rabieta si está cansado o
hambriento, así que procura dejar las salidas al supermercado o a la
oficina de correos para después de la comida y la siesta, y ten siempre a
la mano un refrigerio.
La frustración también provoca berrinches. Si sabes que tu pequeño va
a insistir en visitar la tienda de animales cuando vayas al centro de
la ciudad, piénsatelo dos veces. Esto no es someterte a tu hijo, sino
predecir cómo reaccionará y sopesar las posibles consecuencias y las
alternativas.
Para seguir leyendo, PINCHA AQUÍ
Fuente: Escuela en la nube