No dejo de sorprenderme al ver a
niños en el primer o segundo curso de Educación Infantil (3, 4 años)
que se transforman completamente cuando sus familias les recogen en el
colegio. Algunos de esos niños no llego a reconocerlos. Lo primero que
ocurre suele ser que se montan en la sillita y lo segundo que se colocan
su chupete en la boca. El chupete en unos casos lo piden los propios
niños y en otros sus mamás o papás se lo colocan sin ni siquiera pedirlo.
Ese niño que hace diez minutos era uno más entre sus iguales, pasa en
un visto y no visto a transformarse en un bebé dos o tres años más
pequeño.
Fuente: Familia y Cole
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