Poner en práctica las habilidades sociales mejora la convivencia entre los seres humanos. Los niños que no practican la defensa de los derechos propios o la transmisión de lo que desean no aprenderán a reflexionar sobre sus propios intereses y podrán convertirse en personas sumisas, mientras que los niños que hayan desarrollado sus habilidades sociales tendrán beneficios a largo plazo.
Así comienza un artículo publicado en Universidad de Padres on-line escrito por Jose Antonio Marina.
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