Enseñar a un niño habilidades sociales cómo iniciar una conversación, cómo saludar, cómo estar en sitios públicos, cómo relacionarse con personas mayores, dependiendo de la forma de ser de nuestro hijo, puede ser más o menos complicado.
Seguramente, todos los padres hemos vivido situaciones en la que hemos hablado por nuestros hijos al comprobar que éstos, bien por vergüenza o desconocimiento, no estaban preparados para dar una respuesta satisfactoria a una determinada situación social.
La falta de normas sociales en los niños, muchas veces, es interpretada como crueldad o como mala educación. El respeto a los mayores, el no hablar a gritos, el tratar con cariño a los que son diferentes a él son conductas aprendidas como otras más cotidianas. El ejemplo de los padres es como siempre fundamental, pero darles cuando venga al caso unos pequeños consejos para ser discretos, o fórmulas o frases para agradecer, pedir perdón, pedir cosas, serán siempre un complemento a lo que vean en los mayores.
También hay muchos momentos que podemos aprovechar para que se "entrenen" en situaciones sociales, como hablar por teléfono con ellos, conversar sobre algo que les ha ocurrido, enviarles a comprar el pan o traer invitados a casa.
Intentemos en todo caso evitar el "haz lo que digo y no lo que hago", porque ellos nos imitarán casi siempre, nos escucharán de vez en cuando y, por supuesto, imprimirán irremediablemente su personalidad en cada situación que suponga un inicio a la convivencia con los otros.
Seguramente, todos los padres hemos vivido situaciones en la que hemos hablado por nuestros hijos al comprobar que éstos, bien por vergüenza o desconocimiento, no estaban preparados para dar una respuesta satisfactoria a una determinada situación social.
La falta de normas sociales en los niños, muchas veces, es interpretada como crueldad o como mala educación. El respeto a los mayores, el no hablar a gritos, el tratar con cariño a los que son diferentes a él son conductas aprendidas como otras más cotidianas. El ejemplo de los padres es como siempre fundamental, pero darles cuando venga al caso unos pequeños consejos para ser discretos, o fórmulas o frases para agradecer, pedir perdón, pedir cosas, serán siempre un complemento a lo que vean en los mayores.
También hay muchos momentos que podemos aprovechar para que se "entrenen" en situaciones sociales, como hablar por teléfono con ellos, conversar sobre algo que les ha ocurrido, enviarles a comprar el pan o traer invitados a casa.
Intentemos en todo caso evitar el "haz lo que digo y no lo que hago", porque ellos nos imitarán casi siempre, nos escucharán de vez en cuando y, por supuesto, imprimirán irremediablemente su personalidad en cada situación que suponga un inicio a la convivencia con los otros.
Extracto de guiainfantil.com