Aunque
el alumno es el beneficiario directo de las inversiones y acciones
educativas que se realizan (es quien obtiene un título, quien aprende,
quien adquiere unas competencias y dominios esenciales para su vida…),
también las familias y el profesorado, tras no pocos esfuerzos,
contribuyen al éxito escolar y se sienten recompensados y satisfechos
cuando hijos y alumnos progresan.
Este éxito se extiende también a la sociedad ya que habrá cumplido con sus pretensiones de educar adecuadamente a sus futuras generaciones
Fuente: CEAPA
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